¡Que todo salga color de rosa! (Parte II)

Estos vinos son versiones más ligeras de un tinto, y son increíbles. Beber siempre a temperatura fría (¡unas 2 horas en el refrigerador y ya está!), y por favor no osar a agregar un cubo de hielo en él, porque lo arruinarás. En ese caso mejor tómate un jugo.

¿Cómo se hace?

La vinificación del vino rosado es muy similar al de vino blanco, con gran diferencia en la presencia de las pieles de uvas tintas para dar el color al mosto al principio del proceso. Para producir un rosado podemos utilizar cualquier uva tinta; y el rubro tiene sus favoritas, como, por ejemplo: Garnacha, Syrah, País, Cabernet Sauvignon, entre otras. Existen diferentes métodos para lograr un vino rosado, y va a depender de la ubicación geográfica y/o país en que nos encontremos. Nos concentraremos en las 2 maneras más comunes:

  1. Saignée (o sangrado): comenzamos con uvas tintas la vinificación de un vino tinto. Después de despalillar las uvas, dejamos el mosto macerar por un periodo de tiempo determinado por el enólogo.  Generalmente se esperan desde 6 a unas 24 horas, para dejar que el jugo se impregne con las pieles de las uvas y sus semillas, otorgando así un teñido natural. Luego se bombea el jugo (aún no está fermentado), y se pasa a un tanque nuevo, en donde se tratará como un vino blanco (fermentar, clarificar, filtrar y embotellar). Es como un proceso hibridado, pero de blanco y tinto. Se trabaja solo con el jugo, pero en algún momento fue mosto.
  2. El segundo proceso es llamado Prensa Temprana, y es la manera más común. Se comienza con las uvas tintas un proceso de elaboración de vino tinto. Después de despalillar las uvas se deja nuevamente el mosto macerar por un tiempo, en donde al igual que el proceso anterior se esperan aproximadamente de 6 a 24 horas para que el jugo se impregne de las pieles y semillas de la uva, pintándolo rosado claro. A mayor tiempo el contacto de pieles con el jugo, más oscuro será el rosado. La diferencia con el método de sangrado es que, en vez de sacar el jugo del tanque, se prensa todo el mosto en el mismo contenedor, y finalmente todo ese jugo rosado que se obtiene, se trata como a un vino blanco en su proceso de elaboración.

¿Qué esperar de un Rosé?

Sabor

Los sabores que encontrarás al probar rosé se asocian a la variedad de la uva misma, pero más fresco. La fruta siempre está muy presente. Nos vamos a referir a un rose de calidad, seco, y no aquellos dulzones que dan dolor de cabeza con solo mirarlo y que bebe tu abuela cuando está de visita, mejor mantenerse alejado de eso. Un Rosé seco es cautivante, aparte de la frutosidad, se detecta acidez elevada y balanceada, un retrogusto sedoso producto de la variedad de la uva misma.

Uno de los mejores atributos del Rosé es que son muy versátiles, fáciles de combinar con todo tipo de comida, y demasiados fáciles de tomar solos, sobre todo esas tardes relajadas después de la pega. Prueba combinar un Rosé con un choripán, o una hamburguesa, alucinarán, se los aseguro. A diferencia de otros vinos, éstos por lo general se consumen a corto plazo, o sea, compro la botella, y me la tomo. No la dejemos 100 años evolucionando en un rincón de la casa porque la idea es beberla pronto, y poder tener el placer de apreciar su jovialidad fresca, y frutosa. Ya después esto decae, y mejor pensar en usarla para aliñar la ensalada. Otra cosa que se repite en la mayoría de estos vinos es su bajo contenido alcohólico; esto nos encanta, ya que nos permite poder disfrutar y consumir más aún.

El vino rosado tiene una mala reputación en el mercado, es como la oveja negra del piño. La gente lo asocia generalmente con vinos dulzones, baratos, y para principiantes…y en realidad eso es en la mayoría de los casos.

A nivel mundial un 10% del total de la producción de vinos corresponde a vino rosado, y los que llevan la batuta son los franceses, en una zona sureña llamada Provence. Acá un 15% de la producción de rosados corresponde a vinos Premium de alta gama, en donde uno de los más conocidos pertenece a Chateau D´Esclans, llamado Garrus hecha de Garnacha, el cual puede llegar a costar unos $70.000 pesos. ¡Nada de mal para un vino después de trabajar!

Otros países que se destacan por su producción de vinos sonrojados son Alemania, Estados Unidos, España (sobre todo en Navarra y Penedés), y Chile. No hay que olvidar los famosos Champagnes rosados en Francia, hechas de Pinot Noir y Menieur.

Admitamos que los franceses saben lo que hacen en el mundo vitivinícola, y la producción del rosé es uno de sus mercados fuertes a nivel mundial.

Con esta pincelada rosada, ya puedes hablar de lo que es un vino Rosé, y quedar como experto frente a tus amigos. No quieres verte barato, ni que sabes nada de vino.

¿Por qué tomar Rosé? Porque es un vino que raramente decepciona, es fresquito, el vino del verano, con una acidez exquisita, fruta por doquier, y además siempre a un muy buen precio. Hay que tener coraje para regalar uno, sin embargo, si sabes lo que es, y estas seguro de su calidad, y más a ello le sumas una historia, quedarás como un entendido, y te amarán por ello. Al final el Rosé sí que es cool, romántico y guapo(a), el vino ideal ¿no? Salú!

(Quiero un pololo como el rosé)

¡Que todo salga color de rosa! (Parte II)