Cristian Olate

 

Cristian Olate, encargado mercado nacional Viña Montgras, y Apóstol del Vino

 

Pangea  – Ventisquero (Syrah)

Hace casi 12 años participé en una cata de Syrahs de Chile, y tuve la oportunidad de probar Pangea por primera vez. Todos los syrahs que probé en aquella oportunidad me deslumbraron, y fue un momento decisivo en mi vida. Fue ahí cuando el vino dejó de ser un simple trabajo, y se convirtió en una pasión. El potencial de Syrah en Chile es gigante, pero es una cepa que, por desconocimiento, cuesta vender.  Pangea es un vino elegante, concentrado, y con gran potencial de guarda. Un gran representante del terroir de Apalta.

Ninquén  – MontGras (CS / SY)

Cómo dice un amigo “gringo”, Ninquén es una “Lady in red”. Un vino sedoso, con carácter, mucha fruta y con un final larguísimo. Un vino redondo. Gran vino colchagüino que se produce con uvas del Cerro Nenquén a unos pocos kilómetros de la comuna de Santa Cruz. El ensamblaje se compone de Cabernet Sauvignon y Syrah, y la fórmula varía dependiendo de la cosecha.

Acróbata (CS / CR / SY)

Este es un vino que nunca defrauda. Gran trabajo de Jaime Roselló, quien es el padre de este maravilloso ensamblaje.  Probé el 2011 hace ya unos años, y a pesar de que es un vino que siempre destaca, esa sigue siendo mi añada favorita. Un vino frutoso, con rica acidez, taninos redondos. De sólo pensar en el vino dan ganas de descorchar una botella.  Hoy día este vino no solo mezcla 3 cepas diferentes, sino que también distintas añadas.

Prófugo – Vinos de Patio (Cinsault)

Tuve la oportunidad de conocer el proyecto “Vinos de Patio” junto a mis queridos “Apóstoles del Vino” el día en que llegaron las primeras etiquetas para estos vinos. Nunca olvidaré ese hermoso paisaje en Guarilihue. Estaban recién salidos del horno. En ese momento, Demy Olmos junto a un grupo de empeñosos productores del Itata nos deleitaban con vinos hechos con cariño, pasión, y que rescataban el patrimonio vitivinícola chileno.

Pipeño  – Viña La Posada (Torontel)

Hace unos años atrás hablar de Pipeño era hablar de otros tiempos. Era hablar de algo que tomaban nuestros abuelos cuando vivían o pasaban por el sur.  Hoy día, vemos como el mercado ha cambiado, y los pipeños se han tomado las principales vitrinas de tiendas especializadas de nuestro país. Este Pipeño de Torontel es el fiel reflejo de un vino rústico, refrescante y con personalidad.

Cristian Olate