Volvamos a nuestro manjar
Es uno de los lugares donde el manjar reina por sobre todas las cosas, ese sabor inigualable que nos recuerda la infancia. Dejemos de lado un rato el merkén y volvamos a la felicidad del dulce.
Estamos tan invadidos de cosas tan globales, que los cupcakes con frozter o frozen de flores silvestres, bagels rellenos de chocolate belga, lágrimas de geisha rellenas de crema de pistachos y las infinitas cosas con merkén (esto es chileno, pero ¡cortémosla de ponerle merkén a todo!) que nos olvidamos de las delicias locales.
El simple empolvado o el cuchuflí de playa. No es que no nos guste todo lo nombrado anteriormente, pero a veces hay que ponerle más atención a lo “Made in Chile” que es igual de fantástico que “Hecho en el Lugar más Increíble del Mundo y sin Gluten”.
Un buen lugar para volver a lo básico es la Dulcería Violeta, todo en este lugar produce una inmensa felicidad, hay unos alfajores rellenos de 30 toneladas de manjar, que si te comes uno entero quedas completamente drogado como Shaggy de Scooby Doo. Todos conocemos los merenguitos con manjar, clásicos de cumpleaños, bueno, aquí hay uno del porte de un chihuahua.
Obviamente, las señoras de la Violeta se peinan con todo lo que incumba con el huevo mol: tortas, pasteles, pastelitos de cóctel, todo hecho de este elixir chileno.
DIRECCIÓN: LEÓN 3492, LAS CONDES WEB: WWW.DULCERIAVIOLETA.CL