Vinos: los nuevos proyectos que hay que conocer

El enólogo chileno Leonardo Erazo trabaja hace algunos años ya en la bodega mendocina Alto Las Hormigas. Su trabajo con el Malbec es conocido desde este lado de la cordillera. Erazo es oriundo de Concepción y sus proyectos personales en Chile se han enfocado en el Valle de Itata. De ahí vienen interesantes etiquetas como Rogue Vine, A Los Viñateros Bravos y últimamente Itata, tres vinos elaborados a partir de tres micro-parcelas que Erazo llamó El Túnel, La Ruptura y La Resistencia.

Los proyectos de Erazo son solo algunos de muchos que han aparecido en el mercado recientemente, mostrando una nueva cara, más renovada e interesante en la escena del vino nacional. Los invito a repasar esta breve lista con algunas de las nuevas viñas que hay que conocer.

CLOS DE LUZ

115 kilómetros al sur de Santiago se encuentra el Valle de Almahue, donde están ubicados, casi con certeza, los viñedos de Carmenère más antiguos del mundo. La propiedad pertenece a Gabriel Edwards quien creo Clos de Luz, una pequeña bodega que tiene este Carmenère plantado por su abuela Luz en 1945. Sus otras dos etiquetas, un Cabernet Sauvignon y una Garnacha, buscan ese estilo de vinos más frescos, con acidez natural, elaborados con levaduras nativas y técnicas tradicionales de vinificación. La Garnacha Azuda de la cosecha 2015 fue reconocida como mejor variedad tinta no tradicional en la Guía Descorchados.

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ITATA/LEO ERAZO

Leo Erazo es enólogo chileno, responsable enológico de la bodega mendocina Alto Las Hormigas, quien además tiene sus propios proyectos en Chile, específicamente en el Valle del Itata: Rogue Vine y A los Viñateros Bravos. El año pasado sumó tres nuevas etiquetas, pero esta vez de viñedos propios, micro-parcelas ubicadas en la zona de Guarilihue Alto: La Ruptura (80% Semillón y 20% Moscatel). La Resistencia (100% País) y El Túnel (100% Cinsault). Todos los vinos bajo la etiqueta Itata, rescatan esa rusticidad de viejas parras que ya han visto pasar 4 generaciones en aquellos campos que son parte del patrimonio vitivinícola de Chile.

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NERKIHUE

La viña Nerkihue, en Lolol, vendía toda su producción a otras bodegas, hasta que en el 2015 decidieron incorporar la línea Quiebre, un Cabernet Sauvignon, un Syrah, un Carmenère y un Malbec, una apuesta de vinos más frescos, aromáticos, sin madera, monovarietales y que representen el terroir de Lolol, sin intervenciones y como un aporte a la nueva generación de viñateros y estilos. Nerkihue es 100% familiar, artesanal y trabaja a escala humana desde sus inicios solo con gente de la zona.

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PISADOR

Elena Pantaleoni es italiana, pero tiene una larga relación con Chile. Su mamá vivió 20 años en nuestro país y en 1995 fue su primera visita al campo que tenía la familia en Cauquenes. Esta cercanía la impulsó a elaborar, junto a su socio Nicola Massa, Pisador 2016, un tinto de País, cuyas uvas fueron cosechadas en la zona de Coronel del Maule de parras de 130 años y del que se etiquetaron 3.300 botellas. Pisador tiene una nariz de menta fresca, fruta roja, tomillo, hojas de tabaco y pimienta blanca. En boca destaca su acidez alta, rompiendo con todos los parámetros que se tenían de la variedad. Por cierto, Elena es una productora muy reputada de vinos en Italia, con su bodega La Stoppa trabaja con cepas como Barbera, Bonarda y Malvasía.

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LA CAUSA

La Causa es un nuevo proyecto independiente de la Familia Torres (Viña Miguel Torres) que tiene a la cabeza a Cristian Carrasco Beghelli, enólogo que trabaja con la Familia en Chile desde hace más de 8 años. La viña es el resultado de la búsqueda de lugares donde la viticultura no se puede mecanizar y en donde el trabajo es hecho a mano, a escala humana. Uno de los objetivos de La Causa es el trabajo conjunto con pequeños productores de viejas parras tales como Moscatel, Carignan, Cinsault y País. La_Causa_Cinsault_BLOGLA PROMETIDA

Así se llama la viña y su línea de vinos, Revoltosa, un proyecto donde sus socios optaron por no usar barricas, ni chips, ni duelas de madera. Se pisan las uvas y se fermenta en cubas abiertas con levaduras nativas. La idea es hacer vinos con poca intervención, donde la fruta sea la protagonista. Al Syrah y la Barbera se sumará pronto un Merlot, que según la Familia Correa (los productores) será el mejor de Chile. La Prometida es asesorada por el enólogo Felipe Uribe (Andes Plateau). Revoltosa Barbera 2016 es un tinto joven, jugoso y floral de parras de 20 años en el Maule.

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MATURANA WINES

El año 2014 el enólogo José Ignacio Maturana echó andar el proyecto familiar Maturana Wines y ya el 2016 su vino Naranjo, elaborado con uvas de Torontel del Valle del Maule, atrajo todas las miradas. Apenas 3.000 botellas que se vendieron en pocos meses, convirtiéndose rápidamente en vino revelación. No es fácil conseguirlo, pero su nueva cosecha, la 2017, tiene una mayor producción. Pronto vendrá la presentación de la Garnacha y el Semillón, una jugada maestra que deja claro el perfil innovador de los hermanos Maturana en el negocio del vino.

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Vinos: los nuevos proyectos que hay que conocer