Creo que todos los que alguna vez nos mandamos guatazos en los temas amorosos nos hemos hecho esta pregunta. Obviamente la respuesta no existe pero lo que más se le acerca son las famosas “papas a la francesa”.

Si estás en cualquier parte del mundo, sea redondo o plano, y te sientes solo o triste, un plato de papas fritas te va a entregar ese abrazo que tanto necesitas en ese momento. Estas chicas son capaces de levantar muertos en cualquier horario y la gran mayoría de las veces van a estar deliciosas, aunque hayan nacido de una freidora con aceite del año 1987.

Se llevan bien con prácticamente todo: kétchup, mostaza, carne, ensaladas, pollo, huevos, choritos, incluso con puré. Si no lo han probado, háganlo, es como un “inception papístico” muy interesante.

Se llevan bien también con los licores, como es el caso del bar Rapa Nui, que por $3.000 te pone en la mesa un plato grande con papitas cortadas y freídas ahí mismo y las puedes acompañar de las famosas piscolas de sólo pisco hechas personalmente por el gran Don Carlos. Una dupla que depende el uno del otro, porque no se les vaya a ocurrir aventurarse con una de estas piscolas con la guata vacía, sería una estupidez peligrosa hacer eso.

Un último consejo: acompañen esas papitas fritas perfectas con la mechada, después de eso, se pueden tomar hasta la molestia.

Bar Rapa Nui

José Manuel Infante 1397, Providencia

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