Fueron los incendios más destructivos que alguien pueda recordar. 500 mil hectáreas arrasadas por el fuego que se repartieron entre las regiones Metropolitana y del Biobío. El panorama era desolador. Muchas familias perdieron sus casas, animales y campos en producción.

En las noticias aparecían informaciones sobre valles vitivinícolas que también sufrieron los efectos de los incendios. Poco se sabía de las reales dimensiones de aquella catástrofe. Se acercaba la época de vendimia y el panorama era tan oscuro como el humo generado por el fuego.

A casi un mes que los incendios fueran controlados, Vinos de Chile reportó que 117 hectáreas de viñedos de un total nacional de 141 mil plantadas se quemaron. Se trata principalmente de viñas de pequeños productores (Villalobos, Cancha Alegre, San Clemente, González Bastías, Casa Vergara, Bisogno y otros) muchos de ellos con cepas patrimoniales y centenarias.

Aunque pequeñas, las pérdidas son irreparables. La cantidad de viñedos quemados fue menor en relación al total plantado. La incertidumbre permanece principalmente porque no se sabe como afectará el humo en la calidad de las uvas cosechadas y por consiguiente en los sabores y aromas de los vinos. Esto no se sabrá hasta mediados de año, cuando se termine el proceso de vinificación.

De acuerdo a los expertos y en lenguaje más técnico, los efectos del humo en las uvas van a depender del estado fenológico de estas (etapa de crecimiento en la que se encuentra el racimo en la planta). El efecto previo a la pinta (cambio de coloración de los granos de uva) sería mínimo, mientras que pasados unos días postpinta el efecto es mucho mayor. Según algunos enólogos, gran parte de los viñedos que fueron afectados estaban en proceso a pintar por lo que se cree que los efectos serían leves.

¿Cómo serían los vinos elaborados con las uvas que tuvieron contacto directo con el humo? La respuesta parece ser simple: ahumados. Hay algunos Syrah que tiene notas ahumadas, pero son propias y muy sutiles de la variedad.

El humo de los incendios se llegaría a sentir en forma brusca e invasiva en una copa de vino. Para tranquilidad de muchos el efecto solo se queda durante la cosecha afectada. La del siguiente año ya no está comprometida. El tiempo dirá que tan nociva fue la columna de humo. Expertos australianos y estudios de laboratorio ayudan en parte a bajar la ansiedad en este tema.

Valles y cantidad de hectáreas afectadas:

Maule 90

Colchagua 15

Maipo 10

Cachapoal 1

San Antonio 0,75