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Una bodega francesa produce vino de burdeos aromatizado con cannabis, toda una innovación enológica que el francés Raphael de Pablo ha bautizado como Burdi W.

Una nueva bebida a explorar en donde puede percibirse algo más que los recónditos ecos olfativos y gustativos de frutas y madera.

Creador del vino de cannabis

Su creador es Raphaël de Pablo y se ha ocupado de la plena legalidad de su producción. «El negocio está autorizado, todo está declarado a la policía y al ayuntamiento. Lo que nos permitió cultivar es haber tomado una variedad francesa de grano de cannabis declarada a todas las administraciones posibles», dijo el productor.

De Pablo aprendió el cultivo del cáñamo en Canadá. Tras la luz verde del Tribunal de Justicia de la Unión Europea, que autorizó el cannabiiol en Francia en noviembre pasado, empezó la producción.

La botella de Burdi W cuesta 34 euros.

El enólogo Alain Raynaud, presidente de la Asociación de Productores Amplio Círculo de Vinos de Burdeos explica: «El sistema endocannabinoide tiene un efecto sobre el sistema nervioso central, sobre el cansancio, la depresión, los trastornos del sueño y después tiene también efecto a nivel general sobre el reumatismo, plano en el que se muestra beneficioso. En estos momentos en donde nos enfrentamos a problemas existenciales, me parece que haber tenido el valor y la idea de hacer esta bebida a base de vino con cannabidiol, es notable.»

Poco se sabe sobre el proceso de elaboración, que guardan celosamente.

Apenas se ha filtrado que se trata de un vino que usa un cien por cien de uvas Petit Verdot, variedad típica de la región de Medoc, al norte de Burdeos. Los que lo han probada hablan de notas muy afrutadas, con un toque de grosella negra y sobre todo del efecto de relajación después de degustarlo.
(euronews.com)