Postre Dieciochero

4-8 personas • 1 hora

  • 16 huesillos en conserva
  • 1 paquete de galletas de vino
  • 2 cucharadas de mantequilla
  • 1 cucharada de azúcar rubia
  • 1 tarro de leche condensada
  • 4 huevos
  • miel de palma

Rompe las galletas de vino sobre un paño limpio. Cierra el paño, envolviendo las galletas y comienza a azotarlas con un uslero o una botella de vino vacía.

Dale con el azote hasta que los trozos de galleta estén del tamaño de una moneda de 10 pesos.

Calienta un sartén a fuego medio y echa la mantequilla. Una vez derretida agrega los trozos de galleta y el azúcar rubia.

Deja dorar revolviendo siempre, hasta que las galletas tomen un color tostado. Transfiere a un plato y deja reposar.

Despedaza los huesillos con los dedos o con la ayuda de un cuchillo, deshaciéndote de los cuescos.

*Si no encuentras huesillos en conserva, compra de los secos y cuécelos a fuego lento en ½ litro de agua con ½ taza de azúcar, hasta que estén blandos*

Mete la mitad de los huesillos dentro del recipiente de la mini pimer o en la licuadora (pica bien la otra mitad de huesillos).

Agrega la leche condensada y los huevos, y procesa bien hasta dejar una mezcla suave y homogénea.

Transfiere la mezcla a un bol metálico grande. Ponlo sobre una olla (un poco más chica que el bol) que tenga dentro más o menos 1cm de agua hirviendo.

Calienta la mezcla a baño maría sin parar de revolver y siempre raspando lo que se va quedando pegado en los bordes del bol.

Pasados unos 5 minutos, o apenas notes que la mezcla empieza a hacerse más densa, saca el bol del calor y sigue revolviendo por 2 a 3 minutos más.

Toma unos frascos de vidrio o unos vasos anchos y reparte en el fondo de cada uno, una cucharada de huesillos picados.

Luego llena los frascos hasta la mitad con la mezcla cremosa. Después cubre con una capa de galletas y encima llena, casi hasta el tope, con el resto de la mezcla.

Termina con más pedazos de galleta y unos pocos huesillos picados. Refrigera por al menos 2 horas antes de servir.

Antes de llevarlos a la mesa, echa arriba unos chorritos de miel de palma.

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