Nuevos vecinos en Colchagua
El Valle de Colchagua tiene su fama. Hace poco más de 15 años se conformó la primera ruta del vino del país y hoy el circuito está consolidado como una de las regiones vitivinícolas más atractivas del mundo. Las grandes bodegas como Viu Manent, Lapostolle o Casa Silva, por nombrar algunas, le han dado una impronta que mezcla vinos, turismo y gastronomía, una fórmula que atrae unos 150 mil visitantes por allá.
Hoy, sin embargo, nuevos vecinos están dando que hablar en Colchagua. Son pequeños productores que empujan, algunos de ellos, proyectos donde están involucradas las familias y los amigos, embotellando pequeñas cantidades con vinos que rompen los esquemas para lo que habitualmente se acostumbra a beber en el valle.
Hablamos de etiquetas con un buen balance en general, donde la fruta es protagonista absoluta, vinos que se toman con asombrosa facilidad y se disfrutan mucho. “Hacemos el vino que nos gusta”, nos dijo Raúl Narvaez, enólogo y dueño del proyecto Fanoa (la abreviación de Familia Narvaez Ovalle Asociada). El tinto se elabora con uvas propias, de una parcela que se plantó en 2012 y se maneja de manera orgánica y biodinámica. Solo usan levaduras nativas para el proceso de fermentación y mínimas cantidades de sulfuroso durante la vinificación.
En los proyectos de pequeña escala es donde ha podido verse más fuertemente la diversificación que ha tenido la industria nacional, apostando por vinos con mayor balance y expresión, uso de variedades no tradicionales y mezclas innovadoras que le han aportado una cara más fresca a nuestros vinos.
Lugarejo
Merlot
Valle de Colchagua 2016
Hace tiempo que no probaba un Merlot tan fresco, donde la fruta y la acidez compartieran el protagonismo en la copa. Elina Carbonell y Fernando Purcell son los nombres detrás de este proyecto, que elabora pequeñas cantidades como parte del sello que ellos quisieron imprimirle a Lugarejo. Si van a Santa Cruz no duden en comprarse un par de botellas. Se encuentra en algunas de las tiendas especializadas de la ciudad. Yo lo descorché junto a unos garbanzos con tocino ahumado y salsa de tomates y la combinación fue perfecta.
Fanoa
Seis Tintos
Valle de Colchagua 2016
Esta es la primera cosecha comercial de Fanoa, una mezcla tinta de seis variedades: Carmenère, Malbec, Durif (Petite Sirah), Carignan, Tempranillo y Cabernet Sauvignon. Algunas de las cepas le dan un perfil bien mediterráneo: floral, herbáceo y con matices terrosos. Las uvas vienen de una parcela propia plantadas el 2012, en un pie de cerro. Es la misma cadena montañosa de Apalta, pero con exposición norte. El sector se lama Agua Santa, y está lleno de rocas y piedras, muy dificil para producir, pero con un gran potencial.
Después de la lluvia
Javiera Ortúzar
Valle de Colchagua 2016
Las lluvias que llegaron a mediados de abril del año pasado, obligaron a muchos enólogos a correr para cosechar antes de que se perdiera la uva por pudrición. Javiera Ortúzar, muy por el contrario, cosechó después de la lluvia sin que sus racimos tuvieran problemas. De ahí el origen del nombre para el vino. La mezcla tinta está compuesta en partes iguales de Petit Verdot, Carignan y Cabernet Sauvignon. Tiene un buen perfil de acidez, mucha fruta roja en boca. Tinto para pensar en el aperitivo junto a una tabla de charcutería.
Semillón
Un Semillón para tener en el radar, proveniente de antiguos en el sector de Paredones, Colchagua Costa. Gran concentración y frescor. Un porcentaje del vino fue macerado con sus pieles durante 8 meses para ganar mayor potencia y redondez. Sin duda es la boca lo que más llama la atención en este vino. Es una mezcla de fuerza y elegancia a la vez.
Küdaw
Pacífico
Carmenère
Valle de Colchagua 2015
Vintae elabora vinos en España en 15 denominaciones de origen y su aventura en Chile los trajo para hacer Küdaw, que en Mapuche significa “el trabajo de la tierra”. Küdaw Pacífico explora los viñedos cercanos a la costa que están influenciados por la brisas del Pacífico. Este Carmenère viene de la zona de Marchigüe, donde las temperaturas son más moderadas que en el resto de Colchagua. Aquí hay taninos dulces y sedosos, pero con una tensión que aporta su acidez media. El proyecto tiene en Chile, además, un Carignan, un Cinsault, un País y un Sauvignon Blanc.