CERVEZA: Mitos cerveceros desmentidos

Si pa’ algo somos buenos los humanos, es para inventar cosas. Sean verdad o mentira, siempre tenemos una manera de explicar y dar sentido a lo que no entendemos. En el mundo de la cerveza no es muy diferente. Pero, en HelloWine nos tomamos la verdad muy en serio y, por eso, hoy venimos a desmentir todo eso que, por tanto tiempo, nos han hecho creer. 

Mito 1: la cerveza se bebe lo más fría posible

Muchas cervecerías industriales publicitan tomar su cerveza muy fría, cercana a los 0 grados, casi al punto de congelación. Si bien esto puede apañar para bajar la temperatura y sed de un día de mucho calor, al estar tan fría no permite que se liberen las moléculas aromáticas y también adormece un poco la lengua, por lo que su sabor se hace menos perceptible. Por esto, lo ideal es tomar las cervezas entre 5 y 10°C. Incluso, las cervezas más oscuras pueden ser tomadas entre 10 y 13°C.

Mito 2: la cerveza es mejor con poca espuma

Existe la creencia de que servir la cerveza muy lentamente, sin crear nada de espuma, para aprovechar el máximo del líquido posible, es la mejor forma de hacerlo. Pero, la verdad es que la espuma es muy importante como barrera protectora frente al oxígeno, dado que mantiene el aroma tan particular de la cerveza que amamos sorbo a sorbo. Lo recomendable es servir la cerveza con uno a dos dedos de espuma. De hecho, en el caso de chelas más carbonatadas como las Weissbeer alemanas se sirven con una mayor cantidad de espuma. 

Mito 3: Pilsen y malta

También hay una confusión a la hora de llamar Pilsen, Pilsner, Pils o Pilsener a todas las Lager industriales. Este nombre viene del estilo de fermentación Lager creado en la zona de Pilsen en República Checa, durante 1842.

Este estilo se popularizó tanto que muchas marcas alrededor del mundo colocaban en su etiqueta cerveza tipo “Pilsen”. Con el tiempo, muchas de las grandes cervecerías fueron modificando sus recetas por distintas razones, como escasez de ingredientes o la necesidad de bajar costos de producción, lo que derivó en nuevos estilos como las American Light Lager o las International Pale Lager que son las más consumidas en el mundo. Todavía en Chile, popularmente, se sigue diciendo vamo’ a tomar una pilsen para denominar cualquier cerveza rubia. Pasa lo mismo con la cerveza negra, que es conocida popularmente como “malta”, a raíz del nombre de una cerveza popular que comercializaba su cerveza bajo este nombre. Pero la malta en realidad es la cebada malteada, ingrediente que se utiliza para elaborar tanto cervezas rubias como oscuras.

Mito 4: las cervezas oscuras tienen mayor contenido alcohólico

Otro mito que se escucha harto por ahí es que las cervezas oscuras tienen mayor graduación alcohólica. Lo que no es necesariamente cierto, ya que las cervezas oscuras pueden tener distintos grados alcohólicos al igual que una cerveza rubia. El color más oscuro se debe al uso de maltas caramelizadas o tostadas, que aportan aroma y sabor, pero tienen menos impacto en la graduación alcohólica que las maltas rubias. Hoy en día hasta se pueden encontrar en el mercado cervezas Porter y Stout sin alcohol.

Mito 5: ¿Qué es mejor, botella o lata?

Un mito que ha bajado en popularidad, pero que todavía se escucha harto por ahí, es que la cerveza sabe mejor en botella que en la lata, ya que la lata daría un sabor “metálico”. 

Pero, esto no puede alejarse más de la realidad, ya que las latas están recubiertas con polímeros para que el líquido no esté en contacto directo con el aluminio, por lo que no le otorga ningún sabor extra. De hecho, la lata protege de mejor forma a la cerveza frente a los rayos UV, al bloquearlos por completo.

Mito 6: la famosa ponchera cervecera

La cerveza no se lleva ninguna atribución en la acumulación de grasa en la zona abdominal. En cambio, se comporta como cualquier alimento. En este caso 355 cc.  de una cerveza Lager de 4 a 5 grados de alcohol tiene aproximadamente 130 calorías. Como punto de comparación, muchas bebidas azucaradas, en la misma cantidad, contienen más de 150 calorías provenientes del azúcar refinada, ingrediente que también conlleva una serie de problemas a la salud. Obviamente, la moderación del consumo es la mejor manera de poder disfrutar este brebaje. Con responsabilidad se pasa mejor. Salú!


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