Mezclas mágicas

A varios les gusta beberlo en su estado más puro, que por supuesto son deliciosos, sobre todos los de nuestra cajita. Pero si quieren desordenarse un poco, siempre hay ricas combinaciones que se pueden lograr de este mágico y hermoso brebaje. 

 

La idea de mezclar vino con otros ingredientes y crear un cóctel, es probablemente un antecedente que existe desde que aparece el vino mismo, en la línea del tiempo de la historia de la humanidad. Pedir un cóctel con vino era considerado una falta de respeto en el pasado, y fue mirado en menos por años. La gente no asociaba el vino en formato cóctel, con un producto de calidad, ni mucho menos estiloso.

Combinar vino con diferentes ingredientes se veía por lo general en casa, en donde hay más libertad de experimentar con lo que te vas a tomar. Es más, es probable que estando solo, de repente le eches un poco de bebida a ese vino tinto que te sabe un poco seco y rasposo en boca. Nadie te mira, nadie te juzga, y eres feliz tomando tu creación. Sin embargo, la vas a pensar 2 veces antes de replicar eso frente a un grupo de personas en un evento, porque ya sabes, es muy probable que se rían de ti y te molesten.

Las buenas noticias es que gracias a que la industria del vino muta constantemente, siempre busca nuevas oportunidades de consumo y hacerlo más entretenido. Más encima vemos todo un rescate de las antiguas tradiciones, tanto costumbristas, como de bebestibles. Esto ha llevado a la tendencia de exponer la mixología en el rubro del vino como algo “cool”. Vamos a revisar algunos de los más clásicos: 

Jote

Cómo no comenzar la lista con este clásico combinado de vino tinto con bebida oscura (cola). Su nombre deriva de un ave cordillerano carroñero, quien se encuentra en casi toda la extensión de Chile. Es parecido al buitre, de color negro, al igual que el cóctel. Las medidas son aproximadamente 2 partes de vino tinto y una parte de bebida negra. Hay personas que además le agregan unos cubos de hielo. Servir directo en un vaso tumbler, o más comúnmente conocido como vaso caña y listo. Cabe mencionar que por lo general el vino utilizado no es el que se encuentra en la parte más alta de la estantería del supermercado, aunque se ha visto gente combinando vinos íconos con bebida. En gustos no hay nada escrito…

Terremoto

Trago largo, propio de la cultura chilena, el cual se compone tradicionalmente de vino blanco pipeño, helado de piña, y un chorrito de granadina o fernet (según el local). Para los más osados también se le puede agregar un poco de ron o pisco. Todo esto se arma en un vaso de casi medio litro. Su origen no está del todo comprobado, pero se le atribuye su aparición, posterior al terremoto del 85’ de Algarrobo que alcanzó los 8.0° Richter. Si bien este popular trago, (el cual aparece hasta en las guías de turismo extranjeros), se encuentra durante todo el año en lugares como La Piojera, Las Tejas, Las Pipas de Einstein, entre otros; su consumo se dispara durante el mes de septiembre por la celebración de las Fiestas Patrias. Se puede encontrar Terremoto en todas partes, y vaya que le rendimos honor. Si al terminar de beber un terremoto pides uno más pequeño, se le denomina “réplica”. Ahora si pides una jarra de este cóctel para la mesa para compartir con tus amigos, se le llama “cataclismo”. Si quieres sólo un pequeño vaso desde un principio el nombre baja a “temblor”.

Navegao´

Trago popular compuesto de vino tinto con cuerpo (puede ser merlot, carmenere, cabernet sauvignon), rodajas de naranja, azúcar y especias. Se prepara en una olla, en donde se calienta el vino tinto mientras se le agregan los demás componentes de a poco. Se revuelve hasta justo antes de alcanzar el hervor. Normalmente consumido en mayor cantidad en el sur de Chile, para pasar las temporadas de invierno. Más que una bebida alcohólica, es tradición y una instancia de reunión. Generalmente se consume en una tacita dando la impresión de que es un té o una sopa. Es muy común encontrar esta preparación en las peñas folclóricas también durante todo el año.

 

Mimosa

Fresca, reponedora de resacas y peligrosa, ya que no sientes el alcohol al beberla. Su preparación es muy simple. En una copa flauta servir 1/3 de jugo de naranja, y llenar con vino espumante, ojalá seco y blanco. La sensación al beber es como jugo de naranja con gas. Es muy común consumirlo durante el desayuno o brunch, después de una gran fiesta de celebración de matrimonios o babyshowers. Es un despertador el cual convierte tus mañanas en mini festivales de una manera elegante y con estilo. 

Kir Royal

Este cóctel es originario de Francia, muy popular en todo el mundo, y también se ve harto en Chile hoy en día. Necesitas un espumante o champagne seco y creme de casis, que es un licor dulce hecho a base grosella. En una copa flauta primero debes verter un poco de casis, luego girar la copa para que el licor pinte el vidrio; finalmente se rellena con burbujas. Algunas recetas lo decoran con un arándano, pero es a gusto del consumidor. Es un cóctel fresco y elegante, perfecto para una recepción en una fiesta, por ejemplo, o al iniciar un carrete con amigos, un almuerzo etc. En verdad sirve para toda ocasión. Si no tienes espumante, puedes cambiarlo por vino blanco, en ese caso cambia el nombre solo a Kir.

Sangría

La sangría ha ido agarrando vuelo en los últimos años en Chile. Se ve inocente a simple vista, pero puede ser engañosa. Se prepara por lo general en una jarra de 1 litro. Necesitas un vino ligero, puede ser una Garnacha o Pinot Noir. Mezclar en la jarra el vino con hielo, y agregar rebanadas de fruta de la temporada, generalmente naranjas, frutillas y limón. Agregar un poco de brandy y agua soda. Es ideal para días de calor y para compartir con un grupo de amigos. En España es uno de los tragos más consumidos, sobre todo en verano. 

Hay que dejar de pensar en que, si el vino se mezcla con algo más, ya sea una bebida, frutas, o alguna especia, no es un indicador de que el vino sea de mala calidad, sino que otra manera de consumirlo. Existen un sinfín de opciones, para todos los gustos, y para todo tipo de ocasiones. Hay que atreverse a probar combinaciones nuevas, o a revivir antiguas recetas para honrar las tradiciones del pasado.

Por eso, los invitamos a probar esta semana algún ejemplar y a brindar por la vida, ¡Salú!

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