“Me gusta el vino porque el vino es güeno” (parte I)

 

¡Uyuyuiiiii! Empezó la fiesta, llegó septiembre y la hora de tomar vino. Además, qué mejor que contar con los mejores del Valle de Colchagua. Como estamos en el mes más importante del año (sabemos que lo esperan todo el año no se hagan los lesos ), recordaremos grandes frases del vino creadas por poetas nacionales.

Como estaba preparao, y para empezar la fiesta, un vaso salió a bailar valses con una botella

Violeta Parra

¿Por qué el valle es tan famoso?

Cuando escuchamos hablar de Colchagua, se nos vienen de inmediato a la mente palabras claves como campo, agricultura, mucho vino y buena mesa. El vino ha sido y es parte de la esencia del Valle de Colchagua desde el período colonial y se remonta al siglo XVI.

Imagínense como era Colchagua antes de la llegada de los españoles: campos salvajes habitados por indígenas nativos conocidos como Chiquillanes. La gente en ese entonces solía beber chicha, copete hecho de maíz o papas. No había noción alguna de la existencia de vino. Tras la conquista en el siglo XVI el valle es entregado en encomienda a los españoles a cargo de doña Inés de Suárez, quien iba con la orden católica de los misioneros jesuitas, liderando la misión de conquista. Llegan al valle y plantan las primeras vides para la producción de vino destinado a la santa misa, vino cuyo propósito era para evangelizar a todos los hermanos “salvajes” que allí habitaban, por supuesto en el nombre de Dios y el Rey de España.

Se plantaron en un principio cepas autóctonas propias de España, tales como Tempranillo, Carignan, Moscatel y entre ellas, una de las más importantes: País. Sin embargo, ya en el siglo XVIII con la llegada de familias ricas inmigrantes francesas a Chile, además de la importación de cultura, vocabulario y arquitectura, llegan las más reconocidas variedades francesas, clásicos que hasta el día de hoy dominan nuestros supermercados: Cabernet Sauvignon, Carmenere, Merlot, Chardonnay, entre otros.

Hablar de Colchagua es hablar de tintos con carácter, grandes ensamblajes en base a Carmenere, Syrah o Cabernet Sauvignon, además de vinos hechos con uvas no tan tradicionales o representativas de Chile como Malbec, Petit Verdot y Garnacha.

Hoy este lugar es uno de los valles vitivinícolas más importantes del país y reconocido a nivel mundial. Colchagua cuenta con más de 40 mil hectáreas plantadas de vides, convirtiéndolo en el segundo valle más plantado en territorio nacional después de Maule. El 90% de lo que se produce corresponde a vinos tintos, del cual la mitad es Cabernet Sauvignon.

Otro dato importante es la famosa Ruta del Vino que se crea en 1996. Por otra parte, en el 2005 fue elegido la mejor región vitivinícola del mundo para visitar y en 2015 destacado como destino para los enamorados que quisieran pasar la luna de miel entre parras.

“Me gusta el vino porque el vino es güeno” (parte I)