Los hipster de la familia (parte I)

 Variedades no tradicionales, diferentes, alternativas y entretenidas

Te enfrentas a 2 etiquetas de vinos, una dice “Chardonnay”, y la otra está escrita en algún idioma que ni siquiera logras pronunciar a la primera…¿Gewurz…qué??? Gewurztraminer, algo claramente no fácil de decir, y menos aún está en tus planes en pedir una botella de buenas a primeras en una tienda. No haremos el loco con el vendedor, que seguramente se reirá secretamente de nuestra ignorancia. ¿Qué son estas uvas? ¿De dónde salieron? ¿Es fácil pillarlas en Chile?

Gracias a la inclusión e interés de los viticultores, enólogos y dueños de los viñedos, hoy en día es posible encontrar en el mercado chileno, una amplia oferta de vinos elaborados con variedades no tradicionales. En esta instancia, las raras serán las protagonistas, esas que, si no conoces, decides no invertir en ellas, por irte a la segura. Más vale diablo conocido que por conocer dicen por ahí.   

Si bien estas rarezas siempre han estado de alguna u otra manera en Chile, (recordemos que la mayoría de ellas llegaron en el siglo XIX a nuestro país), por lo general se camuflaban en ensamblajes. Algunas etiquetas las mencionaban, pero la mayoría las dejaban en la sombra del protagonista. 

A principios del siglo XXI hubo una mutación en el mercado de vinos, y menos mal dió resultado. De a poco las vitrinas comenzaban a tener ejemplares de Viognier, Riesling, Cinsault, e incluso la Garnacha que, en el principio, se nos hacía un poco rara. Siempre han existido, sólo que en Chile no se les dió el protagonismo merecido al principio, ya que estábamos muy ocupados realzando las clásicas como Cabernet Sauvignon, Sauvignon Blanc o Merlot, (la última más encima la confundimos por años con Carmenere, embotellando todo como Merlot). 

Entre las rarezas blancas nos encontramos muy a menudo con Viognier. Esta variedad se caracteriza aromáticamente por tener notas a flores blancas. Se presenta como una variedad ligera, fresca, que desarrolla acidez media, y con tremendo potencial evolutivo. Es muy amigable, ya que se potencia y realza a otras variedades cuando la utilizan en ensamblajes. En el mundo, en el sur de Francia, específicamente en la región vitivinícola del Ródano, ella es una de las protagonistas, tanto en mezclas blancas como tintas. Uno de los vinos con más prestigio y renombre es por ejemplo el Chateneuf Du Pape. En Chile la podemos encontrar en el valle de Rapel y la región de Aconcagua, generalmente en Casablanca. 

Otra variedad blanca e impronunciable es Gewurztraminer. Es de origen incierto, aunque se asocia por lo general con regiones vitivinícolas de Alemania, Austria, y el norte de Italia. Aparentemente nace gracias a una mutación entre Traminer y Savagnin Blanc. Se muestra en público como una variedad de pieles más rosadas, y su gran característica diferenciadora con la mayoría de sus hermanas blancas, es su perfume a frutas exóticas como el lichi, maracuyá, y rosales. Se producen vinos tanto secos como semisecos, generalmente en zonas más frías. En Chile hay pocos viñedos que producen esta variedad, pero hay. Son hermosos, y perfectos para comenzar un almuerzo, ya que refresca el paladar, y va genial con preparaciones asiáticas como la comida Thai o japonesa.

Riesling ha sido un ejemplo de rareza para los chilenos, sabemos de su existencia, pero hay poco en el mercado nacional. Ella es originaria de Alemania, de la zona del Rin, y es la más representativa de su país, con características muy distintivas. A veces se sienten aromas parecidos

Los hipster de la familia (parte I)