Los efectos del clima en el vino
Usualmente se habla de las cosechas de los vinos como buenas o malas. ¿Qué quiere decir eso? ¿Es tan cierto?
La verdad es que si existen años mejores que otros para producir uvas para vino. El tema es más complejo que un año cálido, generalmente asociado a sequías y Fenómeno de la Niña o un año más frío, en donde las temperaturas promedio de primavera son menores a las de un año considerado como normal, afectando la maduración de las uvas.
Por otra parte existen años lluviosos y fríos asociados al Fenómeno del Niño, pero muchas veces se generaliza. Un año pudo haber sido cálido en un valle interior, pero por el contrario los termómetros no afectaron a los valles costeros. Cada valle debe ser analizado caso a caso.
Pero, ¿cómo definimos un año normal? Para entenderlo más fácil una año normal para la vitivinicultura es aquel en que las temperaturas promedio se acercan a la media histórica, para ser pragmáticos. En un año cálido están muy por encima de esa media y un año frío o fresco todo lo contrario. Particularmente este 2016 ha sido lluvioso y eso, por supuesto ha tenido consecuencias en la vendimia y la calidad de la uva.
¿De qué manera afecta esto? Para simplificarlo un poco, las parras necesitan un tiempo determinado para madurar, cierta cantidad de días, sol y temperatura. Si estos factores se ven afectados y se escapan como una ola de calor la cosecha se adelantará ya que las uvas maduraran más rápido.
En el caso contrario si las temperaturas son más frías las uvas se demorarán en madurar, en consecuencia la cosecha se retrasará. Esta alteración, sumada a las lluvias extraordinarias, pone en riesgo la vendimia. La lluvia provoca humedad en las uvas, permitiendo que aparezca un tipo de pudrición llamada Botrytis Cinérea y que el mosto se oxide rápidamente incidiendo en la calidad de los vinos.
Más allá de los distintos años, lo importante es la fecha de cosecha y la capacidad de reacción de las personas que trabajan en la viña. Una cosecha oportuna aleja los fantasmas de una catástrofe mayor.