Lenguaje costero
Nuestra extensa costa, que sobrepasa los 4 mil kilómetros, no solo es una fuente de deliciosos productos del mar, sino que también un potente regulador de temperaturas que moderan la madurez de algunas uvas, potenciando el carácter de nuestros mejores Pinot Noir, Sauvignon Blanc y Chardonnay, entre otras variedades.
La mayoría de ustedes ha podido estar alguna vez en las playas de la zona central. Quienes aprovechan la vida nocturna durante la época veraniega, saben que siempre hay que salir con una chaqueta bajo el brazo porque la temperatura baja una buena cantidad de grados cuando el sol ya no está.
Ese simple dato práctico es un factor clave en nuestra vitivinicultura: la influencia del Océano Pacífico y su brisa marina en los viñedos que se encuentran cerca de sus costas. Es lo que muchos llamamos el factor costero.
Pero la apuesta es muy reciente, nos cuenta Viviana Navarrete, enóloga de Viña Leyda. “Hace menos de 20 años nos fijamos en el clima costero y apenas 15 que el Valle de Leyda tomó vuelo. Es un tema lento, de ensayos y errores, hasta lograr entender y mejorar los ciclos de cada variedad que plantamos”.
Viviana Navarrete es enóloga de Viña Leyda. Lleva 10 años trabajando en el valle y eso le permite hablar con propiedad.
La inversión en un nuevo valle es a largo plazo. Antes se buscaron ejemplos y varios fueron a Nueva Zelanda, que como país productor, ya aprovechaba la cercanía a sus costas para sacarle provecho a las variedades que rinden mejor en climas más benignos. El consumidor, por otro lado, comenzó a exigir Sauvignon Blanc y Pinot Noir más frescos. De esta manera, los cambios que ocurrían en el mundo del vino a fines de los años 80 y principios de los 90, impulsaron, en gran medida, la búsqueda de nuevos y mejores horizontes para la vitivinicultura chilena.
Las parras cerca de la costa
Hace menos de un mes estuvimos en la presentación de dos nuevos vinos de la viña Casas de Bucalemu, en el sector de las Rocas de Santo Domingo a solo 9 kilómetros del mar. Casas de Bucalemu, Salinas Vineyard, Sauvignon Blanc 2016 y Fósiles Pinot Noir 2016, se benefician de la influencia marina para potenciar el lado aromático y lograr un mejor perfil como vino en su expresión.
Los viñedos de Casas de Bucalemu se encuentran a 9 kilómetros del mar. De ahí viene este Pinot Noir del que se elaboraron 3 mil botellas.
“El frescor es muy importante en variedades como el Sauvignon Blanc y el Pinot Noir”, me recalca Cristóbal Undurraga, enólogo asesor de Casas de Bucalemu. “Las clásicas vaguadas costeras permiten que la madurez de las uvas ocurra moderadamente, sin apurar el ciclo de las parras, con lo que obtenemos aromas de gran calidad y acidez más pronunciada. Para hacerlo más gráfico es como tener aire acondicionado natural durante todo el año”.
Esta conclusión que parece tan lógica, es relativamente reciente, como nos lo comentó Viviana Navarrete. Los productores, viñas y bodegas que tienen en su portafolio algunas de las variedades que hemos mencionado y a las que podemos agregarle el Chardonnay y el Syrah, entienden que el exceso de calor durante el verano en el valle central es un factor que atenta contra la expresión y la calidad de cualquiera de estos vinos.
Humedad matinal en el Valle de Casablanca
En esa misma ruta se encuentra la viña Montes, quienes desarrollaron un proyecto de Sauvignon Blanc en la zona de Zapallar, a 7 kilómetros de la costa Pacífico, aprovechando las neblinas matinales, que luego consiguen disiparse con el sol del mediodía. El Outer Limits Sauvignon Blanc consigue un buen balance entre su nariz floral, fresca y la acidez media que se siente en el paladar.
Las denominaciones de origen como Zapallar y Aconcagua Costa (Errázuriz y Montes); las zonas de Paredones (Casa Silva), Bucalemu, Malvilla (Chocalán) y Talinay (clima costero en el Valle del Limarí de viña Tabalí), son de alguna manera pequeños terroir que suman a su cercanía marítima, suelos de origen granítico en algunos casos y otros con aportes de carbonatos de calcio, responsables de entregar perfiles más definidos en algunas de sus líneas de vinos.
No nos olvidamos de Lo Abarca, el “feudo” donde se instaló viña Casa Marín y desde donde se cambió para siempre la idea que teníamos del Sauvignon Blanc. Esa es una historia que da para un reportaje completo, pero nuevamente es el frescor marítimo el que deja toda su influencia.
Volviendo a Leyda (el paradigma de los valles costeros en Chile, por cierto un sub-valle dentro de una región más amplia como Valle de San Antonio) y a quienes se atrevieron a plantar prácticamente asomados al océano, hoy disfrutan con sus vinos más frescos y minerales, incluyendo aquellos tintos de clima frío, donde el Syrah, pero por sobre todo el Pinot Noir nos abre el apetito para lograr tintos con más carácter e identidad.
Outer Limits es un proyecto de la viña Montes en la D.O. Zapallar, un pequeño valle costero a 7 kilómetros del Pacífico.