La nota verde: cerveza y sustentabilidad

Estamos viviendo momentos complejos respecto al medio ambiente. La temperatura global ha aumentado en más de 2ºC, los glaciares y nieves superficiales se están encogiendo, los niveles del mar están aumentando y los eventos climáticos extremos suceden cada vez más seguido. Ante esto, la industria cervecera no se ha quedado atrás.

En el proceso de elaboración de cerveza se utiliza una cantidad importante de energía para calentar agua, hervir el mosto, enfriar la cerveza, envasarla, pasteurizarla, entre otros. 

Gran parte de esta energía calórica se recupera a través de intercambios de calor que permiten reutilizarla en otros procesos, mejorando la eficiencia energética. Pero esto no es suficiente. Son muchas las cervecerías que están trabajando con nuevas tecnologías para reducir el gasto energético, otras obtienen energía a través de paneles solares o, incluso, con energía eólica. Hoy ya conocemos varias cervecerías (tanto pequeñas artesanales como grandes cadenas) en vías de la neutralidad de carbono.

El envasado de la pilsen se lleva una buena parte de estas emisiones. Hay que destacar el formato Schop como el que menos emisiones emite, por su envase de mayor volumen y retornable. En segundo lugar, viene el formato en lata, que tiene varias ventajas por su bajo peso y facilidad de reciclaje. En el último puesto está el formato botella, que tiene mayor peso y, por ende, mayor costo de transporte. Aunque últimamente se ha logrado disminuir considerablemente su peso, haciéndola mucho más sustentable.

Con respecto al agua, la industria también está haciendo enormes esfuerzos para bajar su consumo en los procesos cerveceros. Hasta hace un par de décadas, en promedio se hacía uso de 10 litros de agua para producir 1 litro de cerveza. Hoy el promedio está bajo los 7 litros y muchas cervecerías incluso se encuentran bajo los 3 litros.

A nivel de desechos en los procesos, el orujo de cebada ocupa un gran volumen de los sólidos. Este se produce luego de haber extraído la mayoría de los azúcares y proteínas del grano de malta. Como todavía contiene una alta cantidad de celulosa y nutrientes, se utiliza para alimentar animales, principalmente vacas y cerdos. 

Dentro de los desechos líquidos, se procura reutilizar aguas para lavados. Los que no pueden ser ocupados en otros procedimientos van a plantas de tratamiento que purifican el agua para uso de riego o para los baños del bar. La idea es no perder nada y disminuir el impacto ambiental al máximo. Algunas plantas de tratamiento incluso pueden captar gases que luego se utilizan como combustible en calderas. Wow.

El transporte de insumos y cerveza se lleva casi el 10% de las emisiones de carbono total de la industria cervecera. En este sentido, el trabajar con productores locales es clave para disminuir los viajes y, por tanto, la emisión de carbono. Algunas cervecerías están trabajando en el transporte de insumos a través de trenes, más eficientes y eco-friendly que muchos camiones a petróleo. También se ha masificado el uso de camiones eléctricos para despachos a locales. 

Estamos en un momento crucial para poder disminuir el calentamiento global y así dejar un mejor vivir a las futuras generaciones. Aproximadamente un 60% de las empresas no tiene un plan de sustentabilidad hacia el futuro.  Es trabajo de nosotros exigir a las compañías compromisos con el medio ambiente.

Y tenemos la mejor herramienta para hacerlo: la elección de compra. Así que están todos invitadisimos  a investigar y preguntar a sus marcas de cerveza favoritas, que están haciendo por el medio ambiente ahora y que planes tienen para el futuro. Por lo menos nosotros, desde HelloWine, aseguramos trabajar en pos de un mejor planeta. Salú!

La nota verde: cerveza y sustentabilidad