Incendios arrasan con producción vinícola del estado de California
Los gigantescos incendios que han afectado al estado de California, han arrasado con casas y viñedos que colocan en serio peligro la producción vitivinícola de los años venideros, pues además de cientos de hectáreas de viñedos quedamos por las llamas, se suman uvas que sin cosechar recibieron fuertes golpes de calor o gigantescas oleadas de humo, haciendo imposible su aprovechamiento para la producción de vino manteniendo los estándares de calidad de gran parte de las bodegas de los valles de Napa y Sonoma.
En las últimas semanas decenas de miles de personas tuvieron que dejar sus casas en Napa y Sonoma, debido a las llamas que se desplazan a gran velocidad y devoran esa zona del oeste de Estados Unidos, informó la dw.com
El fuego irrumpió a un «ritmo peligroso de propagación», arrasando unas 4.500 hectáreas hasta la última semana de Septiembre-, informó el Departamento de Bosques y Protección contra Incendios de California (Cal Fire).
Entre los viñedos afectados se cuentan los de Chateau Boswell Winery, en Santa Helena, y parte de los de Castello di Amorosa, de arquitectura medieval; mientras que otros como los de Merus Wines y Davis Estates estaban bajo amenaza por la inminente llegada del fuego.
Calistoga, una pintoresca comunidad en la cima del valle de Napa conocida por sus aguas termales y por ser una plataforma para el turismo del vino, ha sido en gran parte evacuada.
Los fuertes vientos avivaban las llamas y apuraron los pedidos de evacuación para más de 70.000 personas.
El fuego arrincona a las comunidades de Napa y la vecina Sonoma, que aún no se recuperan de los devastadores incendios forestales de 2017, en los que 44 personas murieron y miles de edificios fueron reducidos a cenizas.
Glass Fire y Zoog Fire. Así se llaman los dos incendios sin control, avivados por los fuertes vientos, que tienen en vilo al Valle de Napa y al condado de Shasta en el norte californiano.
En el condado de Shasta, una zona rodeada de bosque, tres personas perdieron la vida. En los condados de Sonoma y Napa, a unos 72 kilómetros de San Francisco, los habitantes tuvieron que salir de sus casas en medio de la noche mientras el fuego continuaba arrasando con los viñedos. Situación similar para los residentes de Oakmont Gardens, un hogar para adultos mayores, que abordaron varios buses para ser evacuados en la madrugada, en bata, usando sus caminadores y con mascarilla para protegerse del coronavirus.
Al menos 4.500 hectáreas fueron destruidas en el condado de Napa, así como la totalidad de los viñedos del prestigioso Chateau Boswell en la ciudad de Santa Helena, una parte del dominio Newton Vineyard y al menos un resort cinco estrellas.
La situación viene a debilitar aún más esta región vinícola, cuya economía ha sido golpeada duramente por la pandemia del coronavirus.
El gobernador de California, Gavin Newsom ha declarado el estado de emergencia en los condados de Napa, Sonoma y Shasta y pidió una declaración de desastre al gobierno federal, lo cual permitirá tener la ayuda de condados vecinos como Fresno, Los Angeles, San Bernardino y Madera, entre otros.
Newsom también explicó que «las dinámicas del cambio climático asociadas a la falta de manejo forestal en el último siglo han creado una verdadera preocupación pues se relaciona con la expansión feroz de estos incendios».
Los incendios en California no son inusuales. La temporada comienza en agosto y va hasta octubre, pero en la de este año ya se han registrado más de 8.100 conflagraciones en todo el estado. A eso se suman la sequía crónica, llamada por varios expertos así como el ‘viento Diablo’, un viento seco y que sopla hacia el mar arrastrando calor, otro elemento que ha complicado la situación.
Por eso el Servicio Metereológico Nacional decidió poner todo el norte de California en alerta roja. Hasta la fecha, desde el pasado 15 de septiembre, 26 personas han muerto en los incendios y han ardido más de 1,5 millones de hectáreas.
Todavía es demasiado pronto para decir cuál será el alcance total de la pérdida para los productores de vino en todo el estado, pero algunos administradores de viñedos se están preparando para lo peor. En una temporada de incendios tradicional, los incendios forestales en las zonas vinícolas se producirían a mediados de octubre, cuando en muchos viñedos ya se había recogido la mayoría de la fruta. Este año, más fruta permaneció vulnerable en la vid cuando entró humo.
El humo contiene compuestos que se adhieren a la piel de las uvas y se absorben en la fruta. El aroma se libera a lo largo del proceso de fermentación y envejecimiento, haciendo que un vino aparentemente no afectado tenga un sabor más ceniciento con el tiempo. En general, los vinos tintos, especialmente los elaborados con uvas de piel fina como Pinot Noir, tienden a ser los más afectados.
“Este es definitivamente un desafío de la industria, pero no es algo de lo que los consumidores deban preocuparse. Las bodegas simplemente no lanzarán malos vinos”, dijo Gladys Horiuchi del Wine Institute.
Hace algunas semanas, una coalición de organizaciones que abogan por los enólogos de California, Oregón y Washington solicitaron apoyo para el alivio de desastres y continuaron la investigación del Congreso a través del Programa de indemnización por incendios forestales y huracanes. El grupo dijo que temían que los incendios “resulten en la mayor pérdida económica, debido a un desastre natural, jamás sufrido por la industria en nuestros estados”.
(todovinos.cl)
Fuente: www.todovinos.cl