¿Es real o lo estamos soñando?
Cuando llegamos a Burgerdog, llegamos pensando que era una hamburguesería dogfriendly o que el dueño era un zorrón que le decía “Dog” a sus amigos, pero no, era mucho mejor.
Nos sentamos en mesas largas en una terraza que quedaba en un pasaje, todo medio bar cervecero pero muy pulcro. Primero nos trajeron unas papas fritas maravillosas, de esas gruesas que se notan que son artesanales, con salsas muy novedosas, como de yogurt, limón y cilantro, o de tomate con tocino, nuestra favorita, para que empezaras a armar tu súper Burgerdog. Era algo totalmente nuevo para nuestros trastocados paladares: un completo pero que en vez de salshisha, tenía…. prepárense… ¡HAMBURGUESA RELLENA DE QUESO DERRETIDO!
Una experiencia religiosa y sorprendente, vale completamente la pena ir a probar estos compleburgers. Les recomendamos pedir el de Angus con la salsa de tocino, cebolla caramelizada y si son fans como nosotros, con palta.
Tienen que comérselo apenas se les aparezca frente a ustedes ya que si se enfría el quesito de adentro también se ponen tristes y no será tan de alto impacto pegarle esa primera y sensual mascada a tu Burgerdog.
Cuesta aproximadamente $4.500 y la cerveza más o menos $2.000. Un lugar ideal para llevar a los suegros y quedar como joven innovador, o como un desubicado.
Dirección: Luis Thayer Ojeda 95, Providencia, Santiago.
Facebook: burgerdogcl