Muchas veces me preguntan o se piensa que los enólogos son personas que se dedican a probar un par de vinos y decir si es un buen “caberné” o “merló” metiendo las narices, admirando el color y agitando la copa en forma circular.

La verdad es que el enólogo prueba muchos vinos y en base a esto puede definir muchas cosas. Por eso un enólogo es un degustador o catador, aunque sus funciones van mucho más allá.

El enólogo cumple un rol muy importante en la elaboración del vino. Es el encarga- do de los procesos de producción, que van desde que la uva está en el viñedo, pasando por el proceso de vinificación y la mezcla final del producto. Algunas fases las comparte con el viticultor.

En el viñedo mismo, éste se preocupa de la poda invernal, los riegos oportunos, el manejo en verde durante la temporada, las aplicaciones de nutrientes y plaguicidas, ya sean sintéticos o naturales según el objetivo del viñedo.

Avanzada la temporada cuando la uva va madurando los roles se van acercando más a la bodega. El enólogo tiene que preocuparse que la cosecha de la uva se realice lo más oportunamente posible según el objetivo y el estilo de vino que se quiere lograr.

Posteriormente, cuando la uva llega a la bodega, comienza la vinificación, etapa que también se determina para el tipo de vino que busca el enólogo y la misma viña.

Terminada la vinificación, el vino se guarda hasta la mezcla final, que nuevamente depende del estilo que se busque alcanzar. El vino embotellado queda desde meses y hasta años en la bodega, listo para ser distribuido y comercializado.