El Viejito Pascuero original no tenía panza ni era barbón
¿De dónde nace la leyenda del Viejo Pascuero? ¿Cómo lo llaman en otras partes del mundo? ¿Quién decidió que era un anciano canoso, de barriga prominente y traje rojo almidonado? Aquí te lo contamos.
Si te piden que dibujes o imagines al Viejito Pascuero, de seguro que lo primero y único que se te viene a la mente es un anciano dulce y sonriente, con barba blanca, traje rojo, una gran bolsa de regalos y su típico, fuerte y característico jojojo.
Pero, ¿quién dijo que así lucía este personaje? ¿No que se trataba de una leyenda infantil para que la Navidad fuese mágica para los niños? ¿A quién se le ocurrió que fuese barrigón si supuestamente debiese caber por las chimeneas?
La leyenda del Viejito Pascuero, Santa Claus, Papá Noel o San Nicolás, como le llaman en otros países, nace en el siglo IV en Patara (hoy Turquía) con una persona de carne y hueso llamada Nicolás de Bari, hijo de una familia muy adinerada. Nicolás se caracterizó desde niño por ser una persona generosa y piadosa, y tras recibir una gran herencia, decidió donar toda su fortuna a los más necesitados y luego se convirtió en sacerdote.
La leyenda cuenta que un día un padre, desesperado por no tener la dote para poder casar a sus hijas, decide venderlas como esclavas. Al enterarse, Nicolás deja secretamente una bolsa con monedas de oro a los pies de la cama de las niñas, evitando que su padre las vendiera.
Tras su muerte, Nicolás fue declarado santo por la Iglesia Católica, luego que se le adjudicaron varios milagros. Pero este San Nicolás era un tipo delgado, sin barba ni traje rojo. Entonces, ¿de dónde nace el Viejito Pascuero que todos conocemos?
La imagen actual se la debemos al escritor inglés Clement Moore quien en 1823, en su poema “Una visita de San Nicolás” lo ilustró en un trineo que volaba gracias a unos renos que tiraban de él. Luego, en 1931, el caricaturista norteamericano Thomas Nast, basándose en la vestimenta antigua de los obispos, decidió vestir a este personaje de rojo. Lo dibujó barbón y con panza prominente, imagen que permanece hasta hoy en el imaginario popular.