El Reino de las Burbujas
Siempre asociados a las celebraciones, los espumantes, han sido protagonistas de grandes hitos históricos, pero también son los favoritos de las mujeres, quienes afirman que tienen menos calorías. A decir verdad, puede ser cierto. Los espumantes no tienen más de 12 grados de alcohol y eso hace la diferencia.
Para producir estos vinos con burbujas lo primero que se debe hacer es el “vino base”. Las variedades utilizadas son principalmente Chardonnay y Pinot Noir, la tradición francesa de la localidad de Champagne.
Después de esto, el vino puede ser tratado de dos métodos diferentes. Existe el tradicional o Champenoise, que consiste en poner este vino base en una botella y agregarle el “licor de tiraje”, un compuesto entre levaduras, nutrientes y azúcar. Posteriormente, se cierra con una tapa tipo cerveza. Aquí en la botella ocurre la segunda fermentación en donde se obtiene el gas, debido a la acción de las levaduras. Terminada esta fermentación, que se realiza a temperatura baja y sin luz, el vino se conserva sobre las borras dentro de la botella dependiendo de la bodega o productor desde un año hasta siete años. Una vez terminado esto se realiza el degüelle y finalmente se rellena con el licor de expedición el cual define si el vino va a ser dulce, semi-seco, seco o brut. Se le pone el corcho característico y el Muselet (alambre que protege el corcho).
El otro método utilizado es el Charmat. Este consiste en hacer la segunda fermentación en un tanque con presión controlada. Luego se deja el vino en sus borras un par de meses, se filtra y se embotella. Es menos costoso, los vinos son más jóvenes y salen antes al mercado. Los espumantes que estamos acostumbrados a beber son, en general, de este tipo.