El lado B de los valles vitivinícolas
Valle del Choapa
Está en la parte sur de la provincia del Choapa, el la región de Coquimbo. Al igual que todos los valles de Chile, el Choapa también presenta características muy distintas de este a oeste. Durante los últimos años cítricos, paltos y viñedos ha tenido un importante desarrollo en la zona.
El valle tiene un viejo historial en el cultivo de uvas destinadas a la elaboración de piscos y algunos vinos dulces de consumo local. En relación a las variedades viníferas más finas es uno de los valles más nuevos del país.
El Viognier Añañuca de la bodega Domaine de Manson viene del valle nortino y es una de las mejores expresiones de la variedad en Chile. La pequeña bodega del Choapa elabora sus vinos 100% con uvas propias de la zona.
Aconcagua Costa
La búsqueda de nuevos lugares para plantar considera estudios previos tanto de suelos como de clima que confirmen cuales son las variedades más aptas para plantar en una zona en específico.
Así fue como la zona de Aconcagua Costa ha resultado ser un gran aliado para el Chardonnay, el Pinot Noir y el Syrah de Errázuriz, vinos que en pocos años han conseguido una gran expresión varietal y buenas dosis de elegancia.
El área es considerada una zona vitivinícola de clima frío, debido a la proximidad del mar y a la influencia de las brisas frescas. Sus suelos son de fertilidad media predominantemente formados por roca pizarra en descomposición metamórfica y derivados de la Cordillera de la Costa. Todos estos factores se suman para aportar una nueva dimensión al vino chileno, al ofrecer a los consumidores una extraordinaria intensidad aromática, enorme frescor y refrescante acidez.
Las Pizarras Chardonnay y Pinot Noir de Errázuriz, vinos que provienen de la misma zona, a solo 12 kilómetros del océano Pacífico, se han convertido en referentes de ambas cepas en Chile.
Valle del Malleco
Para muchos desconocido, el Valle del Malleco, en la IX región de La Araucanía, es tierra de blancos como el Chardonnay, pero también de Pinot Noir.
La viña Aquitania y uno de sus fundadores, Felipe de Solminihac, son los pioneros en plantar parras en este valle sureño. El primer vino de estos viñedos es Sol de Sol, un Chardonnay que se estrenó en 2000, con una mineralidad inusual e intensa acidez. Este fue el primer paso que le abrió una dimensión insospechada a esta región del sur como un terroir para obtener vinos diferentes y con mucho carácter.