Cuatro cartas para disfrutar los mejores vinos chilenos
Todavía son pocas, pero cada vez son más contundentes. Las cartas de vinos en restaurantes y bares han ido cambiando lentamente, incorporando la diversidad actual del mercado como concepto novedoso para clientes y consumidores. Vinos premium por copa o de productores independientes suenan como atractivos anzuelos que buscan complacer nuevos gustos. Ya no solo es Cabernet Sauvignon o Chardonnay. El consumidor está más informado y va por las nuevas etiquetas.
Bocanariz
Lastarria se ha ganado fama como uno de los mejores barrios gourmet de Santiago. Ahí, en el corazón de la movida céntrica, Bocanariz y su oferta de vinos se ganaron un espacio entre los bares de vinos más destacados de la capital. La carta tiene 364 etiquetas, de las cuales 36 están en copa. Adicionalmente tienen 11 vuelos, un trío de vinos de degustación temática que son tendencia en la industria nacional.
La carta del Bocanariz fue seleccionada en la lista de las mejores del mundo por la revista Wine Spectator. En sus bodegas descansan botellas chilenas de todos los valles y hay espacio para los vinos de autor, productores independientes, los grandes de la industria, novedades y cepas raras. Es un espejo del Chile actual.
En el wine dispenser de la barra del bar siempre hay alguna cosecha nueva o etiqueta debutante. Las alternativas incluyen también vinos premium por copa, esas botellas que escapan al presupuesto de la mayoría de los bolsillos, se pueden degustar a la copa a un valor incluso menor del que se consiguen en tiendas especializadas.
Terranée
El colombiano Elkin Salazar creó la nueva cava del Hotel Intercontinental, con un sistema que dividió en 11 categorías, desde los blancos más ligeros, hasta los tintos ultrapremium. La carta está elaborada de acuerdo a la intensidad de los sabores. Cada plato de la carta tiene su maridaje. Cuenta con 66 páginas y 493 etiquetas. Cada vino tiene su referencia, en español e inglés. Todo un logro realizado con un gran sentido profesional.
A pesar de lo frío que pueda ser degustar un vino en un hotel, en el Intercontinental tenían como objetivo implementar cocina y cava y hasta el momento se ha conseguido. Las botellas están expuestas ordenadamente en una muralla a la vista de los comensales y todos los vinos están disponibles para comprar y llevar a casa.
La carta es útil tanto para quienes saben de vinos como para iniciados y siempre está incorporando nuevos vinos, como los de cepa País, la variedad más tradicional de nuestra vitivinicultura.
Vinocracia
Es el debut más reciente en espacios dedicados al vino. Terraza, restaurante, sala de catas y una gran bodega subterránea abierta al público, conforman este bar, una vieja casona refaccionada a un costado de la Plaza Ñuñoa.
La cara más visible de este nuevo proyecto, que ya tiene tres meses de funcionamiento, es el master sommelier Héctor Vergara, quien después de muchos años vuelve a recomendar y servir vinos en el restaurante.
Vinocracia tiene 1.127 vinos en la carta, quizás la más numerosa en Chile, y 30 de ellos por copa. De a poco la oferta de etiquetas extranjeras también se irá incrementando. Cuenta con alrededor de 25, lo que muestra que hay espacio para otros países y que cada vez hay mayor interés por probar novedades o cepas que no existen en nuestro país.
Europeo
Uno de los restaurantes más clásicos y alabados de Santiago. Su chef, Álvaro Romero, fue elegido el 2015 chef revelación por el Wikén de El Mercurio. La frescura y consistencia de sus platos son acompañados con vinos seleccionados que se equilibran para dar una experiencia irrepetible al comensal.
La carta de vinos del Europeo tiene espacio para las viñas boutique y algunas etiquetas independientes que se adaptan muy bien a ingredientes chilenos. Romero se preocupa que los vinos no lleguen por casualidad, sino que sean un aporte a su propuesta gastronómica. Vino y comida es una sociedad que va de la mano. Suena simple, pero pocas veces se respeta.
Más que cantidad de botellas, Europeo tiene una cuidada selección. Una lista que recorre diversidad de estilos, desde los nuevos productores, hasta las grandes viñas. Por mencionar algunos como Refugio de Montsecano, Almaviva, Chateu Los Boldos, Tara de Ventisquero, Rhu y Grus de Viñedos de Alcohuaz, Sideral de Altair y el espumoso italiano Belstar, entre otras recomendables opciones.