8-10 croquetas – 45 minutos

• 6 papas medianas
• ½ cebolla morada
• 1 cucharada de ají amarillo en pasta
• ¼ pimentón rojo, picado
• 1 trozo de jengibre fresco, del tamaño de un dado
• ¼ paquete de queso fresco
• 2 cucharadas de chuchoca + ¼ taza para empolvar
• 2 puñados de hojas de cilantro fresco
• 1 limón

Echa a cocer las papas en agua hirviendo, con cuero, hasta que estén bien blandas.

Por mientras pela el pedazo de jengibre, pícalo fino y ponlo a remojar en un bol chico con agua con hielo. Esto hace que no quede tan picante.

Corta la cebolla en pluma y amortíguala un poco en un colador, con un chorro de agua hirviendo. Luego ponla en un bol grande. Agrega el pimentón, el ají amarillo, las cucharadas de chuchoca y unos chorros de aceite de oliva. Toma el cuarto de queso fresco y desmenúzalo con los dedos, dejándolo caer sobre el bol. Agrega un poco de sal y pimienta.

Pica el cilantro bien fino y agrégalo al bol (dejando un poco en la tabla para usarlo al final). Mezcla bien con la cuchara de palo.

Cuando las papas estén listas (un buen indicador es enterrar un tenedor y al levantarlo que la papa se suelte solita) remójalas por un par de minutos en agua fría. Luego sácalas y sécalas con un paño. Ponlas sobre un tabla y aplástalas suavemente para que rompan un poco y así se enfríen más rápido en el interior.

Cuando ya no les salga vapor, echa las papas en el bol y, usando la cuchara de palo, rómpelas incorporando bien el resto de los ingredientes.

Extiende la otra parte de la chuchoca sobre un plato y arma una a una las croquetas (como del diámetro de una taza), empolvándolas con la chuchoca.

Dóralas 2 a 3 minutos por lado en un sartén a fuego medio con un poco de aceite para freír. Hazlo en tandas de 2 o 3 y déjalas sobre papel absorbente para que no queden muy aceitosas.

Sirve tibias con el resto del cilantro picado encima y unos chorritos de jugo de limón.