Cada cepa con su pareja

Hablando de “mezclas” o Blends en esta columna quería comentar qué significa o qué aporta cada cepa en los ensamblajes, temática del mes en nuestro Club.

En el mundo, el Cabernet Sauvignon es la reina de las variedades. Es la cepa más plantada en Chile y en varios países también, por ende, muchas mezclas la tienen o su protagonista más importante, es ella. Ésta aporta estructura, taninos y un muy buen paladar que en general persiste y es muy agradable. También depende de la región de donde provenga, en general éste aporta aromas de frutos rojos bien marcados; que dependiendo de su madurez o fecha de cosecha, pueden ser más frescos o maduros.

Otra variedad bien típica de los ensamblajes, es el Syrah, muy usada debido a su versatilidad para cultivarla. Esta variedad aporta color, aromas como pimienta negra o blanca, aromas ahumados, y dependiendo de la zona donde se le cultive, puede aportar también aromas frutales. El único problema con el Syrah, es que si a uno “se le pasa la mano” puede marcarse mucho y perder las cualidades del resto de las variedades.

Una cepa poco conocida, pero muy buscada en las mezclas, sobre todo Bordolesas, es el Petit Verdot. Esta es una variedad que aporta muchísimo color, estructura y taninos a los vinos. Ayuda a darle un toque especial, sobretodo aromas a frutas más confitadas. En general no se ocupa mucho, pero sí en pequeños porcentajes. Es una cepa que marca harto y vendría siendo como la columna vertebral.

El Carmenere por su parte, en Chile, es específicamente el actor estrella en muchas mezclas. Este tipo aporta color, notas especiadas, fruta negra y en el paladar es muy suave, o sea por el contrario de las otras variedades tintas, es una variedad con taninos sedosos y tiende a suavizar el vino.

Para finalizar, hay dos variedades que se utilizan en Bordeaux, pero que en Chile al menos una de ella no es muy protagonista. Éstas son el Merlot, que tiene una buena participación en el mercado como “vino solo” o monovarietal, y el Cabernet Franc. Quizás en Chile no hemos sabido sacarles el mejor potencial, o no le hemos encontrado su mejor cara para que aporte en las mezclas, pero no nos cabe duda de que son variedades muy interesantes de probar. A mí personalmente, el Cabernet Franc con el Cabernet-Sauvignon o como se le llama en USA, una CAB blend, puede llegar a ser uno de mis ensamblajes favoritos.

Anímense a probar, busquen mezclas y verán lo entretenido que puede llegar a ser un vino.

Cada cepa con su pareja