Bebiendo estrellas: Espumante, el hermoso brebaje de año nuevo (parte II)
Una vez que el vino estaba terminado, los monjes embotellaban, y guardaban todo en las cavas subterráneas bajo los monasterios, ya que la temperatura era más fresca. A veces embotellaban vinos que aun no estaban completamente listos, (todo esto sin saber), y una vez la botella en la cava, el vino seguía fermentando. Cuando se produce el proceso de fermentación, se genera además de alcohol, liberación de CO2, y esto al no tener vía de escape en una botella sellada, se transforma en burbujas. ¡Así que imagínense la de botellas reventadas en las cavas de los monjes, y el ánimo del encargado de limpiar todo después! Las botellas reventaban dado que eran poco resistentes a la presión. Se han fijado que las botellas de espumantes son más pesadas… Es para soportar la presión que puede llegar a la misma presión que existe en una rueda de auto. Los monjes nunca se imaginaron que estaban presenciando el nacimiento de uno de los vinos más exclusivos del mercado actual, todo lo contrario, ellos atribuían el proceso al diablo paseándose en su cava quebrando botellas por gusto.
Ya, ahora sabemos cómo partió todo. Nadie lo invento, sino que fue accidental. Ahora, una vez descubierto esto, se descubrió ese sabor y sensación genial de un burbujeante. Se crearon técnicas de mejoramiento, como por ejemplo botellas más gruesas, golletes para mantener el corcho fijo etc.
Existen diferentes maneras de crear un espumante, les explicaremos 2 de los más usados hoy en día en la industria vitivinícola partiendo por el más refinado:
- Método Tradicional: Una vez que un vino normal es producido, este es sometido a una segunda fermentación la cual ocurre en una botella en vez de un tanque de acero inoxidable. Antes de sellar la botella se agrega azúcar (llamado liquer de tirage) y levaduras. Comienza la segunda fermentación, y el CO2 liberado por acción de las levaduras, da lugar al nacimiento de las burbujas. Durante el proceso las botellas son ubicadas en pupitres, que son unos racks en forma de A. todos los días, una persona experta gira un octavo a la botella para que los sedimentos producidos por las levaduras se vayan juntando lentamente en el cuello de la botella. Al cabo de todo el proceso, la botella esta casi al revés, con todos los sedimentos en el cuello. El cuello es sometido a nitrógeno para congelar los sedimentos, y al descorchar, los sedimentos salen disparados. La botella se vuelve a sellar, y antes, para completar el volumen, se le agrega un poco de vino normal para determinar el nivel de dulzor/ sequedad de este. Es ahí cuando el enólogo decide si su espumante será Brut Nature, Extra Brut, Brut, Sec Demi-Sec, o Doux. Los Champagnes son todos producidos así, y tienen un mínimo de guarda antes de ser lanzados al mercado. Los espumantes elaborados con este método generalmente son más caros que uno que fue elaborado con otro método, el cual veremos a continuación:
- Metodo Charmat: Imagínense el mismo vino terminado en el párrafo anterior. Este, en lugar de pasar a una botella, es trasladado a un tanque de acero inoxidable, y el mismo proceso anterior ocurre a gran escala. Nuevamente agregamos liquer de tirage y nuestras amigas levaduras. El proceso se activa, y las burbujas producidas en el proceso quedan en el tanque. Finalmente, todo se filtra, y pasa a embotellado sin tiempo requerido de guarda. Este método es más rápido, y el espumante final tiene un costo menor que aquel producido por método tradicional.
Para identificar un buen espumante de otro, no es la clásica excusa: es me da dolor de cabeza, ¡ese otro no! La clave para impedir el dolor de cabeza es beber agua, comer bien, y no beber en exceso. un espumante de calidad se nota en vista, las burbujas deben verse armonizadas, bailando en forma de una cadena, y mientras más pequeñas las burbujas, mejor la calidad. Aromáticamente, dependiendo de la variedad, podrás detectar además de frutosidad, aromas a pan, galletas de mantequilla, bizcocho. En boca esperen de un Brut por ejemplo, un vino seco, acidez elegante, no esa acidez que te hace cerrar un ojo, sino sofisticado y agradable, el cual invita a otro sorbo.
Queda poco para que se acabe el año, se vienen celebraciones por mil, graduaciones, cumpleaños siempre, y por sobre todo la famosa navidad y Año Nuevo. Una recomendación es invitarlos a probar espumantes, a comparar, experimentar con cocktails, como un Bellini, un Aperol, mimosas pa’l desayuno o simplemente solito…