Asia, comida y vinos

Hace unas semanas atrás estuve de viaje por Asia recorriendo los distintos mercados de vino entre ellos Taiwán, Vietnam y Corea del Sur. Para muchos la oportunidad de ir a este lado del mundo es bien escasa, para mi primera vez, la verdad es que fue una experiencia muy enriquecedora.

Primero, creo que tenemos muchas cosas que nos separan, por supuesto una de ellas es la gastronomía, complemento del vino que en muchas de las ocasiones consumimos en conjunto. Segundo, al ser un mercado tan alejado de occidente, puede ser considerado más “inmaduro”, sin embargo todos los países son distintos y tienen sus particularidades. Por ejemplo, en países con menor ingreso per cápita, los vinos varietales son muy consumidos y populares, por otro lado también existen países con mucho poder adquisitivo y aquí se apuesta por vinos más premium y hasta vinos de Lujo.

¿En qué se nota esto? ¿Cómo se puede hacer una analogía simple? Pues esto se refleja en los hábitos de consumo de las marcas de ropa, joyas, etc.  En los vinos es lo mismo, les gustan las botellas grandes, pesadas, etiquetas con muchos recursos gráficos (relieves, dorados, etc). Hablando del producto en sí, se van por los vinos tintos más alcohólicos de 14,5° como mínimo y vinos con mucho cuerpo, extracción y harta crianza, en madera o barrica, este por ejemplo sería el caso de Taiwán.

Mi teoría es que tienen una cultura del alcohol muy distinta a la nuestra y se refleja con el famoso “Kanpai”, una forma de hacer “salud” en donde la persona te desafía y tienen que tomarse “al seco” lo que tienen en el vaso o copa. En definitiva, les gusta el “trago” más fuerte.

Volviendo a la gastronomía, en muchos de los países asiáticos se utiliza comida picante y especiada. Por ende, creo que un vino ligero no acompaña bien este tipo de preparaciones, ya que tiene que soportar o contrarrestar lo picante que pueden llegar a ser algunas de las preparaciones. Esto por ejemplo pasa en Corea del Sur.

Igual de todas formas creo que un vino blanco fresco también es un buen acompañamiento con la comida asiática o con algún toque de “picor”, como un Sauvignon Blanc. Mi elección para las preparaciones de este continente sería la cepa Carmenere, una de las más características de Colchagua o Rapel donde hay muy buenos ejemplares. Si viaja, recuerde esto y lleve de regalo esta cepa, quedará como un rey. Salú!

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