A la basura los mitos de la tapa rosca

Alrededor de los vinos envasados siempre han existido muchos mitos y verdades. La gente se hace muchas preguntas sobre este mismo tema, tamaño de las botellas, la picada (hendidura profunda en la base de la botella), etiquetas, cápsulas, etc. Pero la pregunta más comentada de todas, es sobre cómo tapamos la botella, o sea, corcho natural, corcho de plástico, aglomerado, tapa rosca (Screw Cap), etc.

¿Cuál es la importancia de estos “tapones” o tapas? Bueno la función es principalmente obtener un cierre adecuado y evitar el paso del oxígeno al interior de la botella y que éste estropee su contenido. Para eso, inicialmente y durante mucho tiempo se utilizaba el corcho (material proveniente de la corteza de un árbol llamado Alcornoque, y su principal productor es Portugal).

Posteriormente, ya en el Siglo XXI, empezó una tendencia a no utilizar corchos por varias razones, entre ellas el costo. Éste al ser un producto de origen forestal, sus producciones varían año a año al igual que su precio, y sumado a esto el proceso de cosechado manual y ciertos tratamientos específicos implican un mayor costo de producción, que para vinos de “entrada” o varietales era difícil solventar.

De ahí se inventaron o desarrollaron distintas formas de tapar las botellas de vino, como los corchos técnicos u aglomerados, corchos sintéticos (hay varios tipos), algunos tapones de vidrio que en Chile no se utilizan y la más famosa de todas y controvertida, tapa rosca.

Hoy tenemos de todo un poco, pero esta última está un poco más “aceptada”, al menos en los vinos blancos.

¿Qué tiene el corcho que no tiene la tapa rosca o viceversa?

Bueno, la verdad es que cada uno es bueno dependiendo del objetivo. Nuestros vinos son vinos que se consumen rápido en general, por ende no necesitan de “envejecimiento” en botella o guarda (ya hemos hablado de eso). El corcho te permite “respirar” o micro-oxigenar (término más técnico) el vino en el tiempo, cosa que es positivo para el desarrollo de su crianza, sobre todo para los vinos tintos de guarda y más Premium.

Un vino tinto más clásico no necesita de eso, por ende no se justifica un corcho y menos esperarlo.

Si, tenemos a mucha gente que prefiere el corcho porque es más “romántico” o pongámoslo al revés, piensa que si no tiene corcho es un vino más “rasca”.

En estricto rigor, si la percepción es así, puede ser real ya que efectivamente muchos de los vinos más clásicos ya no están utilizando corcho natural por las razones mencionadas anteriormente, pero también al no usarlo lo beneficia; por eso es un MITO definitivamente que un vino de tapa rosca es más “flaite” como varios han calificado por ahí…

Hoy hay mercados que piden TODOS los vinos con tapa rosca porque es más cómodo para ellos y tienen menos defecto a TCA o TBA (una de las otras razones del por qué se empezó a virar el uso del corcho) aroma a corcho o famoso a “corchado”.

La otra razón es que, si vas a tomar un vino fresco del año o un vino blanco o pinot noir de un precio medio alto, incluso Gran Reserva o Premium, estos se conservan muchísimo mejor con tapa rosca, o sea va a tener mejores aromas, color, etc. El motivo de esto es porque la tapa rosca, es mucho más hermética, o sea mantiene al vino al abrigo del oxígeno por mucho más tiempo.

La tapa es una alternativa a problemas que existen en los envasados y en la enología moderna, pero aquí no hay verdades absolutas. Si a uno le gusta el corcho (natural) va a tener que pagar más, si uno quiere conservar la calidad, puede probar buenos vinos con corcho o con tapa rosca, no hay diferencia tras el romanticismo. Salú!

A la basura los mitos de la tapa rosca