8 combinaciones de vinos y comida para acompañar los mejores sabores

8 combinaciones de vinos y comida para acompañar los mejores sabores

El maridaje es la combinación equilibrada entre un vino y un plato de comida. El concepto suena muy simple, pero la realidad nos dice que la explosión de nuevas variedades, bodegas y estilos de vinos, sumado al gran momento que vive la cultura gastronómica, han hecho más complejo el tema. Al final todo es cuestión de gustos. Aquí, ocho combinaciones que seguro no fallarán.

Pizza y tintos ligeros

La lógica diría que la cerveza es la mejor opción para la pizza del viernes en la noche cuando nos quedamos en casa, pero la verdad es que los tintos, frutales, frescos y ligeros se ajustan a los famosos sabores italianos, incluso con chorizo, pepperoni o algún embutido. Un Pinot Noir joven, sin paso por barrica, es una gran alternativa. También pienso en la oferta que hay en tiendas de Cinsault y País, sí, un Pipeño no andaría nada de mal, con ese cuerpo suave y refrescante que equilibra la salsa de tomates y los sabores más grasos.

Carnes a la parrilla y choripanes

Aquí el rey indiscutido es el Cabernet Sauvignon, nunca falla, pero en los últimos años se vino una ola de tintos mediterráneos que vale la pena descorchar junto a un trozo de carne a la parrilla e incluso el infaltable choripán. Hablamos del Carignan, la Garnacha o el Mourvedre o Monastrell, como se le conoce en España.

El Carignan ha tenido una mayor difusión y consumo en los últimos 5 a 7 años. Es un tinto frutal, pero a la vez con acidez, que limpia esa grasa que nos deja la carne en el paladar. Lo mismo pasa con la Garnacha. En cambio el Mourvedre es más generoso en taninos, como para pensar en un corte más contundente, con más grasa.

Sushi con rosados y Pinot Noir

Barato y abundante. ¿En qué esquina no hay un sushi? ¿Y con qué vino puedo probarlo? Los vinos rosados son perfectos aliados, porque sus sabores frutosos y ligeros no opacan al pescado o el arroz, por dar algún ejemplo. El vino rosado se toma frío. Tiene que venir a temperatura de refrigerador.

Y el Pinot Noir, que es un poco más complejo, le queda bien a los rolls más contundentes, esos que llevan tempura o pollo estilo teriyaki. Lo mejor es ir experimentando y sintiendo esas alianzas en la boca. Seguro que ninguno de los dos vinos fallará.

¿Un cordero al palo?

Hay que estar preparados. No vayan a viajar a la Patagonia (Aysén o Torres del Paine) sin un par de botellas de Syrah, quizás el mejor maridaje para esos deliciosos corderos que se asan por horas a la leña o el carbón. Imagínense un garrón de cordero, recién salido del fuego, con esa piel crocante y una copa de Syrah al lado. Un manjar, copiando la expresión que se hiciera famosa en las redes sociales.

Las chuletas de cordero apenas selladas también hacen buena compañía con el Syrah. Los aromas ahumados y los sabores cárnicos de la variedad crecen en la boca y el plato se vuelve inolvidable. En general los platos contundentes se llevan bien con aquellos Syrah de cuerpos generosos.

Ostras y espumantes

El mundo de los espumantes es cada vez más amplio, pero el matrimonio entre ostras y espumantes sigue inseparable. El sabor de las ostras no es fácil. Se adquiere con el tiempo y se valora aún más cuando tenemos una copa de espumante en la mano, ojalá Brut. De ahí para arriba. No quiero decir en precio, sino que en cantidad de azúcar residual, Brut, Extra Brut y Nature.

maridaje para web

Las burbujas contrarrestan ese sabor medio metálico de las ostras y por supuesto la textura. La mineralidad que tienen los espumantes es otro factor que juega a favor. Cuando entra en contacto con la carne de las ostras, el efecto es que ambas personalidades se potencian de una manera deliciosa. Ahora solo vayan al supermercado, compren dos docenas de ostras y dejen que el espumante haga su efecto.

Ensaladas y Sauvignon Blanc

Para quienes comen liviano en la noche, pero no quieren dejar de tomarse una copa relajadamente en la noche, las ensaladas por lo general armonizan bien con la variedad blanca. ¿Por qué? Porque por lo general son sabores livianos y el único vino que podría equilibrar ahí es el Sauvignon Blanc. O quizás también un Chardonnay simple, sin paso por madera.

Pero dejemos el Sauvignon Blanc y una ensalada verde, con pollo, choclos y tomates. Simple. Aceite de oliva, sal y poco de pimienta. El blanco refresca y no le quita protagonismo a ninguna de los ingredientes. El pollo también se puede reemplazar por camarones. Más sano, imposible.

¡Un chacarero, maestro!

En 2014 la revista Time destacó al chacarero como uno de los mejores sandwich del mundo. Barato y de particulares ingredientes. Así lo describieron. Nuestro país tiene una gran cultura por el sandwich, pero aún no se marida mucho con vino. Quizás porque la cerveza no tiene competencia, pero creo que es un buen ejercicio pensar en que podría tomarme con un chacarero, ya que a los medios internacionales les llamó la atención.

Es la oportunidad para un Pipeño, de la cepa más tradicional que tenemos, el País. Cada vez hay más oferta y mezclas entre Cinsault y Carignan. Opciones hay y también para los blancos, un Chardonnay es podría llegar a ser una carta segura. Denle una vuelta. Próximo sandwich con copa y no con shop.

Porotos, arrollados y quesos mantecosos

Los vinos hechos con uva País son adecuados para armonizar con platos bien chilenos, desde empanadas de horno, hasta arrollado de huaso con puré picante, quesos mantecosos de Chanco, entre otros. Los platos tradicionales tienen una afinidad natural con los vinos elaborados en la región y eso no es ningún secreto.

Hay que sacarse los moldes y experimentar. Descubrir estas nuevas armonías chilenas puede traer resultados inesperados. ¡Salú!

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