Por Kath Behrens de @elsabordelobueno

Me declaro una fanática de los helados, no importa si es invierno, verano, si llueve o son las 10 de la noche, siempre puede ser un buen momento para comer y disfrutar de uno. Pero debo admitir que cuando hace calor, no hay nada más rico para saciar un antojo dulce que un buen helado artesanal. 

Hace un tiempo vengo probando las que -según dicen- son las mejores heladerías de la capital, y aunque mis estándares son altos, me pone feliz ver que en los últimos años han abierto varias heladerías artesanales que se lucen en el arte de la heladería con preparaciones tradicionales y otras más jugadas. 

En La Firenze, ubicada en Barrio Italia (Providencia), probé el mejor helado de lúcuma que me he comido en la vida. Sus helados tienen una textura suave y cremosa, y además son libres de gluten. Una de sus virtudes es la constante innovación en sus sabores que se adaptan a cada temporada.

Hace poco fui -por fin- a probar Oggi, una heladería de origen italiano que abrió dos sucursales en la capital (una a pasos del Metro Tobalaba y otra en Vitacura). Cuando lo probé, no podía creer que había dejado pasar tanto tiempo para hacerlo. No dejen de probar sus clásicos sabores como el Pulcinella, hecho con ricotta fresca, virutas de chocolate y cáscara de naranja, el de vainilla y el de tiramisú, 100% fieles a su origen.

El Toldo Azul está ubicado en el Barrio el Golf (Las Condes) y lleva varios años deleitando con sus helados artesanales y 100% naturales. Destaco especialmente sus helados de agua y sin azúcar. Algunos sabores para tentarse son el sorbete de mandarina con infusión de lemongrass; el blanca nueces, helado de chocolate blanco con toque de toffee, praliné de nueces y caramelo salado; y el café avellana crunch, con helado de café y avellanas con trocitos de galletas.

Si aún no pruebas alguna de estas heladerías ya tienes una buena excusa para salir de casa y apaciguar las calurosas tardes capitalinas con un buen helado artesanal.